Tras el lanzamiento de Kingdom Come: Deliverance II, analizamos si la última propuesta de Warhorse Studios sobre la historia checa a través de los videojuegos merece tu atención.
Imagen: ensiplay.com
Tras 10 horas de juego, estoy impaciente por compartir mis primeras impresiones. Las ganas de volver a Kingdom Come en lugar de trabajar hablan por sí solas. Vamos a desglosar la experiencia.
Tabla de contenido
- Comparación con el primer juego
- Errores técnicos
- Realismo y dificultad
- ¿Deberías jugar Kingdom Come: Deliverance II?
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Comparación con el primer juego
Kingdom Come: Deliverance II, al igual que su predecesor, es un RPG de acción en mundo abierto que prioriza el autenticismo histórico y la mecánica realista. Encarna a un valiente caballero, un astuto ladrón o un pacificador diplomático. Sobrevivir exige comer y dormir, y enfrentarte a tres bandidos en solitario sigue siendo un desafío abrumador.
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Lo primero que destaca son los gráficos. Los paisajes son asombrosos, pero el juego funciona con fluidez, sin que tu PC o consola suene como un reactor—algo raro en los títulos AAA modernos.
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El sistema de combate se ha refinado con cambios sutiles pero significativos: una dirección de ataque menos, un cambio más fluido entre enemigos y las paradas ahora se sienten como un baile estratégico, no como una victoria fácil. Los enfrentamientos son más intuitivos pero conservan su dificultad, con enemigos más inteligentes y mayor profundidad táctica.
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El combate grupal enfatiza la superioridad numérica de los enemigos: te rodean, atacan por la espalda y los heridos retroceden para dejar paso a sus aliados, creando encuentros dinámicos e intensos.
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Además de la alquimia, los dados y otros minijuegos, la herrería añade una nueva capa de profundidad. Esta habilidad ofrece ingresos y equipo de alta calidad, con una variedad de objetos para forjar. Fabricar una herradura resultó más difícil que espadas o hachas debido a sus controles únicos, manteniendo la actividad entretenida.
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Errores técnicos
El primer Kingdom Come: Deliverance fue notorio por su lanzamiento accidentado. La secuela, sin embargo, se siente mucho más pulida para un RPG de gran escala.
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Solo he encontrado problemas menores: al principio, los botones de diálogo parpadearon y se congelaron, pero un reinicio lo solucionó. En otra ocasión, una sirvienta de taberna se subió a una mesa antes de teletransportarse al suelo. Son fallos menores que no perjudican la experiencia.
Realismo y dificultad
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Kingdom Come: Deliverance II equilibra el realismo sin volver el juego tedioso. Cada elemento se siente auténtico, reforzando la inmersión.
Al carecer de ajustes de dificultad, puede desafiar a jugadores no acostumbrados a experiencias hardcore. Aunque no es tan implacable como Dark Souls: si has superado The Witcher 3 o Skyrim, podrás manejarte—si evitas cargar contra múltiples enemigos sin pensar.
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El detalle histórico brilla. Sin ser experto, el juego no da lecciones; despierta curiosidad sobre la época, haciendo que aprender sea orgánico.
¿Deberías jugar Kingdom Come: Deliverance II?
Los recién llegados pueden sumergirse sin haber jugado al primero. El prólogo resume hábilmente la historia de Henry, poniendo a todos al día.
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La secuencia inicial mezcla tutoriales con un ritmo trepidante. En una hora, habrás luchado, reído y te habrás perdido en la Bohemia medieval.
Es pronto para juzgar la historia completa o las misiones. Hasta ahora, son impresionantes, pero veremos si mantienen el nivel en más de 100 horas.
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Tras 10 horas en este simulador medieval, me sorprenden sus mejoras frente al original. Promete ser un RPG excepcional. ¿Mantendrá su calidad hasta el final? Lo descubriremos.